lunes, 21 de noviembre de 2016

Aportación solidaria de las Hermandades de la Misericordia

«Si cada uno de nosotros hace una obra de misericordia al día, se producirá una revolución en el mundo», decía el Papa Francisco hace unos días en su cuenta de twitter. Hoy, el Hermano Mayor y la Comisión de Caridad de la Hermandad de la Misericordia han puesto su granito de arena en esa gran revolución.

En la casa Fuente de Vida, donde las Adoratrices de Córdoba realizan su labor de asistencia, acogida y promoción a mujeres embarazadas en riesgo de exclusión social, han hecho entrega a la comunidad del donativo de 2.120 euros recaudado entre las Hermandades de la Misericordia de Andalucía que asistieron el pasado día 12 al XXVII Encuentro de Hermandades de esta advocación en Andalucía.

El Hermano Mayor y los responsables de Caridad de la Cofradía han conocido de primera mano la labor de las Adoratrices, recorriendo las instalaciones y departiendo con las religiosas, en una primera toma de contacto que se espera sea el inicio de una etapa de colaboración más estrecha con sus proyectos. La superiora de la comunidad, María Mateo Domene, agradeció la colaboración de las Cofradías de la Misericordia y explicó los trabajos de promoción humana y social que realizan en virtud del carisma de su fundadora, Santa María Micaela del Santísimo Sacramento.

Desde hace veintisiete años, en los Encuentros de Hermandades de la Misericordia de Andalucía se destina una aportación de las Cofradías asistentes a una obra social o benéfica situada en la localidad que acoge el Encuentro respectivo, y este año nuestra Hermandad ha querido solidarizarse con la maravillosa labor que realizan las Adoratrices con mujeres jóvenes embarazadas en riesgo de exclusión social.
No hay que olvidar la vinculación histórica de nuestra Hermandad con esta congregación, ya que la práctica totalidad de los bordados que figuran en el cortejo procesional del Miércoles Santo (todo el paso de palio y todas las insignias y atributos, excepto el estandarte sacramental) fueron bordados entre 1943 y 1974 por las Adoratrices, que tenían un colegio en la feligresía de San Pedro antes de trasladarse a su actual casa, situada en la calle Toledo (El Brillante).

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